jueves, 15 de julio de 2010

El set


Era tarde y teníamos que entrevistar al ex presidente, la noche caía y había un ajetreo en todo el edificio. El ex presidente era un hombre rancio entrado en años. Cetrino y con un aire a Roberto Gómez Bolaños. Un Chespirito de la política. Nos había hecho esperar horas para la entrevista y finalmente parecía que nos había plantado. De pronto me llama Frida a decirme que el ex presidente estaba en camino con una caravana de seguidores y ayayeros. Hubo entonces que pensar en que finalmente sí se hacía la entrevista y tuvimos que encender los reflectores hechizos en un set modesto del canal en el que trabajaba.

Después de media hora Alejandro llegó rodeado de sus amigos, su seguridad y un grupo de franeleros que eran capaces de limpiar el suelo por donde su amo iba a pasar. El set quedaba en el tercer piso, hasta él llegaron unos hombres de aspecto rudo, miraron los ambientes con minuciosidad, revisaron las mesas, las cámaras. Parece que Alejandro era desconfiado o quizás era un acto de presunción.

Después de un momento apareció un tumulto, en medio de él se encontraba el hombre cetrino con mirada profunda, una chompa roja tejida y un atuendo sencillo. El hombre nos estrechó la mano con cordialidad, era el típico político en campaña.

Miró el set  con curiosidad, tras la estructura de cristales habían quedado viejos congresistas que hoy no eran nada, ayayeros y agentes de seguridad. Estábamos en una cápsula llena de luces, Pedro, mi coentrevistador Alejandro y yo. – Es increíble como en provincias se ingenian para hacer un set de televisión – dijo Alejandro sonriente. Yo me sentí avergonzado, sentí que la sangre se me arremolinó en la cara, lo miré con vergüenza. Al final el cholo venía de Harvard y había sido el presidente de un país. No dije nada. Me olvidé que la entrevista estaba a punto de empezar; las caras tras de las ventanas del set daban vuelta en mi cabeza, veía los rostros con sus narices achatadas como un cuadro surrealista que se reía de ese set modesto y de sus gigantografías poco felices. -No voy a votar por ti cholo-. Pensé. -No voy a votar por ti porque te has burlado de mi set, de mis reflectores hechos con latas y florescentes, de mis trípodes de treinta soles, de mis banquitos de madera y de mi vaso de agua de caño-.

Después de una hora de entrevista, antes de que el ex presidente se fuera nos agradeció con afecto, nos dio la mano y se marchó con ese séquito de lameculos. Yo me quedé pensando que en este mundo el arte de embaucar es muy sencillo.

Desde la ventana se veía un mar de gente mientras las sirenas de un patrullero abrían paso a la negra camioneta que se llevaba a Alejandro a un hotel exclusivo en el que bebería varios whiskys  Etiqueta Azul luego de lo cual se sentiría un Inca emperador pero jámas un blanco aventurero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario